El 11 de marzo partimos a recorrer el lago Ranco, 120 kms. De circuito pero con muchos pueblos y paisajes diversos. El primer tramo lo hicimos con calma para disfrutar la inmensidad de las montañas y paisajes, llegamos a Llifen y luego a Calcurrupe, llegamos temprano a una playa abierta a orillas del lago, aprovechemos para bañarnos en el lago, leer y disfrutar el día. A la mañana siguiente descubrimos un lienzo en donde explicaban el impacto que tendría la hidroeléctrica en el río y en el lago... |
Nos dirigimos hacia Riñinahue, el camino se caracterizó por inmensas montañas, frondosa vegetación cordillerana y grandes cuestas y bajadas. En riñinahue pasamos la noche en otra salida al lago que nos indicó un lugareño, era curioso observar el lago desde distintos puntos de vista, observar las grandes montañas que atravesamos para llegar a donde estábamos y observar en medio la isla Huapi y sus islas aledañas.
A la mañana siguiente, el camino hacia Lago Ranco ( ciudad), se caracterizó por muchos miradores, cuestas y bajadas tipo tobogán,muy entretenidas, paisajes de ensueño, una pareja de ciclistas viajeros que seguían en dirección contraria a la nuestra y luego hacia la cordillera y un caballero de unos 50 años o màs en medio de la carretera, sobre una silla de rueda con motor, a quien adelantábamos en bajadas y luego el nos adelantaba en subidas, con quien finalmente llegamos a la ciudad, allí descansamos un día mas de lo planeado en un sector llamado la “pisada del diablo”, decían que en esa pequeña península, un lugareño le apostó al diablo su alma a cambio de que el diablo lograra hacer un camino que atravesara el lago, el lugareño engañó al diablo y èl enojado dejó su huella al final de la península... esos días no vimos ningún diablo y tampoco pudimos ver nítidamente la pisada, pero pasamos agradables días, las mañanas ya se tornaban frías y neblinosas.