Luego de ir a buscar nuestro equipo donde la Sra. Mabel, fuimos a dormir donde nuestro amigo Gabriel, también cicloviajero. Partimos de Chillán el 17 de abril, tomamos un tramo por la autopista pero luego nos dirigimos hacia Ninhue, cuna de Arturo Prat de lo cual nos enteramos en el camino y llegamos hasta el cruce de Reloca a pasar la noche. El camino era tranquilo, con varias viñas y gente de campo muy amable, nos dieron la Bienvenida a la zona invitándonos a comer uvas mientras cosechaban y compartiendo historias, aspectos que fueron en común en nuestro paso por el maule.
Continuamos al día siguiente, buen clima, el camino se caracterizaba por las casas coloniales de adobe, cuestas tipo tobogán que no paraban y 900 mts de desnivel, pero las primeras vistas del mar entre las montañas.
En Cauquenes nos esperaba Cristian (CS), quien junto a su familia nos brindo un espacio en su casa, con cariño, confianza y hospitalidad. No cansamos de maravillarnos por la confianza que se puede entregar a desconocidos mediante estas redes sociales y lo que se gana en relación humana tanto para el que recibe como el que es recibido, cualidades que se están perdiendo hoy en día por la cantidad de murallas, temores y prejuicios que existen con un desconocido...
En Cauquenes nos esperaba Cristian (CS), quien junto a su familia nos brindo un espacio en su casa, con cariño, confianza y hospitalidad. No cansamos de maravillarnos por la confianza que se puede entregar a desconocidos mediante estas redes sociales y lo que se gana en relación humana tanto para el que recibe como el que es recibido, cualidades que se están perdiendo hoy en día por la cantidad de murallas, temores y prejuicios que existen con un desconocido...
Al día siguiente descansamos y paseamos por Cauquenes. El 20 de abril después de almuerzo, pese a la lluvia, seguimos avanzamos, aunque tan solo 28 kms en 2 horas de pedaleo, ya que encontramos la Reserva Nacional Los Ruiles y pese a que no había guardaparque, entramos a cubrirnos de la lluvia y el frío, pasamos allí la noche, bajo techo y a la mañana siguiente, el guardaparque comprendió la necesidad de refugiarnos y luego de una conversación acerca de la ruta, continuamos el viaje.
Continuamos por el cruce de Pelluhue hacia Chanco, no llovia pero estaba muy frio, llegamos a Chanco, un pueblo muy hermoso y pintoresco, salió el sol muy fuerte apenas llegamos, secamos nuestras cosas en la plaza, compramos queso, por supuesto en la fabrica de queso chanco, así como tortillas y jaibas a los lugareños, nos impresionamos por las secuelas que se observaban aun del terremoto en las casa, aun marcas de casas no habitables, algunas que incluso estaban habitadas, un señor nos recomendó ir a la Reserva Nacional Federico Albert y nos sorprendimos por la hermosura de la Reserva, quien debe su nombre a este personaje que tuvo la genial idea de poner como barrera natural el bosque (ahora Reserva) para impedir el paso de las dunas a la ciudad. Continuamos hasta llegar a Pellines en donde armamos la carpa a orillas de la playa. En la noche el sonido del mar era imperante.
El 22 de abril cruzamos la caleta, dejando pocos kilometros pero mucho desnivel y cuestas costeras, nos dolía el alma ver la cantidad de forestales, destruyendo todo y triturando arboles y subimos de 0 a 350 mts de desnivel en una sola cuesta, con una pendiente de más del 12%. Pese a esto la vista del mar era impresionante, y nos dábamos cuenta que nuestros cuerpos estaban muchísimo mas fuertes que cuando comenzamos el viaje.
Al llegar a Constitución tuvimos que bajar todo lo que habíamos subido, lo que no fue muy agradable para ambos,debido al alto tráfico, asfalto mojado y curvas cerradas, pero apenas llegamos, paramos a descansar y nos encontramos con Andries, un cicloviajero Holandés de 59 años, con quien paramos a conversar, luego cocinar y compartir historias, mientras esperábamos a Pablo (WS), pedalero tambien, con quien pasamos unos descansados días, esa tarde y noche de nuestra llegada llovió mucho. A la mañana siguiente paseamos un poco en el puerto y mercado, mientras seguía lloviendo, pero en la tarde como si nada hubiera pasado, salio un inmenso sol, aprovechamos de pasear junto a Pablo y su familia, tíos y sobrina paterna, con quienes compartimos buenos momentos. Nos sorprendió Constitución por cómo se ha ido reconstruyendo luego de la tragedia del 27F, y como pese a contar con muchos lugares interesantes y hermosos que visitar (parque japones, costanera, Isla, puerto, cerro,etc), mantiene su identidad.
Al llegar a Constitución tuvimos que bajar todo lo que habíamos subido, lo que no fue muy agradable para ambos,debido al alto tráfico, asfalto mojado y curvas cerradas, pero apenas llegamos, paramos a descansar y nos encontramos con Andries, un cicloviajero Holandés de 59 años, con quien paramos a conversar, luego cocinar y compartir historias, mientras esperábamos a Pablo (WS), pedalero tambien, con quien pasamos unos descansados días, esa tarde y noche de nuestra llegada llovió mucho. A la mañana siguiente paseamos un poco en el puerto y mercado, mientras seguía lloviendo, pero en la tarde como si nada hubiera pasado, salio un inmenso sol, aprovechamos de pasear junto a Pablo y su familia, tíos y sobrina paterna, con quienes compartimos buenos momentos. Nos sorprendió Constitución por cómo se ha ido reconstruyendo luego de la tragedia del 27F, y como pese a contar con muchos lugares interesantes y hermosos que visitar (parque japones, costanera, Isla, puerto, cerro,etc), mantiene su identidad.