..Salimos de Constitución el lunes 25 de Abril, corrían vientos que anunciaban que el buen clima se mantendría y aunque no lo sabíamos, desde la salida ,se anunciaba una semana de encuentros, muy variados encuentros (tanto de cicloviajeros como paradas que nos hacia la gente en la calle para regalarnos algo o compartir historias,) tantos encuentros que en un momento tuvimos que asumir, que seria un avance lento pero disfrutado. Pedaleamos esa mañana calurosa por la costa, nos sorprendimos por los variados e impensados paisajes, Los Humedales de Putú y el contraste de las Dunas junto a las salvajes olas del océano Pacífico.
En los humedales de Putú donde hicimos una parada a medio día para comer, nos encontramos con Claire y James, viajeros en una Tandem desde Suiza, ese día era el cumpleaños de James, compartimos momentos e historias de viajes y pese a que nos tuvimos que despedir porque iban en una dirección distinta, esperamos encontrarnos en Europa para compartir algunas rutas.
Realizamos otra parada para refrescarnos en la playa la Trinchera, en donde compartimos con un Francès que viajaba junto a su esposa española y sus perros en una Casa rodante, continuamos pedaleando, nos desviamos de la costa y seguimos hasta que el sol se ocultó tras las montañas, el ocaso llegaba a eso de las 19:00 hrs, mucho mas temprano de lo habitual, paramos en un sector llamado Huapi, se nos hizo difícil encontrar un lugar sin tanta humedad y tras consultar en la villa, la junta de vecino nos facilitó pasar la noche en una escuelita que ahora se ocupaba solo para eventos vecinales, por lo que nos salvamos de la humedad del otoño, de la ola de frío que había en la zona ya que dormimos bajo techo y hasta cargamos los aparatos electrónicos.
Realizamos otra parada para refrescarnos en la playa la Trinchera, en donde compartimos con un Francès que viajaba junto a su esposa española y sus perros en una Casa rodante, continuamos pedaleando, nos desviamos de la costa y seguimos hasta que el sol se ocultó tras las montañas, el ocaso llegaba a eso de las 19:00 hrs, mucho mas temprano de lo habitual, paramos en un sector llamado Huapi, se nos hizo difícil encontrar un lugar sin tanta humedad y tras consultar en la villa, la junta de vecino nos facilitó pasar la noche en una escuelita que ahora se ocupaba solo para eventos vecinales, por lo que nos salvamos de la humedad del otoño, de la ola de frío que había en la zona ya que dormimos bajo techo y hasta cargamos los aparatos electrónicos.
A la mañana siguiente continuamos a eso de las 10: 00 am, pese a la humedad y el frío matutino, bien abrigados, luego de unos kilómetros entramos en calor y a nuestro alrededor nos sorprendíamos de la humedad que desprendía de los techos o del pasto al llegar los rayos de sol, paramos en el Quincho de Lora, un local de Quesos, empanadas y Pan amasado en la carretera, paramos a comprar un delicioso pan amasado y queso, y sin darnos cuenta nos quedamos un montón de tiempo compartiendo con el dueño y ha nuestra partida nos cooperó con una bolsa de dulces para el viaje, si se dirigen por Lora les recomendamos pasar por algun producto casero, realizado con amor y calentado en horno de barro.
Ese mismo día llegamos a Licantén, un poco antes de llegar está el Centro cultural Pablo de Rocka,
un gran poeta Chileno, poco conocido ya que su archirival Pablo Neruda, obtuvo mayor popularidad,en el centro cultural se encuentra un espacio semi-museo y además cuenta con trabajos de las mujeres de la zona y una cartelera de actividades culturales muy llamativas abiertas a la comunidad.
Ese mismo día llegamos a Licantén, un poco antes de llegar está el Centro cultural Pablo de Rocka,
un gran poeta Chileno, poco conocido ya que su archirival Pablo Neruda, obtuvo mayor popularidad,en el centro cultural se encuentra un espacio semi-museo y además cuenta con trabajos de las mujeres de la zona y una cartelera de actividades culturales muy llamativas abiertas a la comunidad.
De camino pasamos también por la ex- estación de trenes Mataquito, de camino además de tocarnos la bocina o saludarnos, nos paró un excicloviajero que en la actualidad está enfocado en su familia, se bajó de su auto para compartir historias de rutas, contentos por los encuentros que nos enriquecen, continuamos hasta el cruce los Pellines en donde pasamos la noche y en donde decidimos cambiar de planes y en vez de subir hasta santiago por caminos interiores, decidimos seguir hasta Curicó y allí tomar un bus hasta Santiago, considerando que solo nos quedaba una semana para el vuelo a Madrid y lo difícil que es para nosotros planificar y organizarnos,ya que cada día en la bici nos mantiene enfocados en el día a día.
A la mañana siguiente continuamos hacia Curicó, paramos en una escuelita rural a pedir agua y en la cocina, las manipuladoras de alimento nos dieron desayuno y hasta nos invitaron a almorzar, pero debíamos continuar, continuamos pedaleando maravillados por los valles de viñedos, el camino era de toboganes, cuestas y bajadas, en donde podiamos admirar los diferentes tonos verdes, rojo, amarillosy cafè del otoño y de las viñas, comenzaba a aparecer la cordillera de los Andes, blanca e imponente, nos sorprendió además que en la ruta encontramos muchos ciclistas entrenando y muchos otros que se mueven de su trabajo (en el campo o ciudad) a su casa.
Llegamos a Curicó el 27 de abril, maravillados por la variedad de paisajes en una sola semana, y agradecidos por Maria jose, Miguel y la pequeña Paz, quien nos recibieron a través de WS en su hogar. Eramos la segunda pareja de ciclistas que recibían y la primera de Chile, conversamos acerca de los prejuicios y temores comunes de las personas y de lo enriquecedor que significa para ambos el compartir. Al día siguiente además de descansar, realizamos un city tour caminando, fuimos al cerro y nos maravillamos por la gran cantidad de personas que utilizan la bici como medio de transporte o deporte en Curicó, María Jose nos contaba que esta ciudad tenía historia de ciclistas y lo podíamos observar en la cotidianeidad.
Al día siguiente pese a que nos habían invitado a Pelequén a ver amistades de la familia de Kathy, tomamos un bus que tardó 2 horas en llegar a santiago de Chile y que no nos cobró nada por el equipo, debíamos darnos a lo menos una semana para organizar el viaje al viejo continente, cabe mencionar que luego de tanto tiempo sin subirnos a un automóvil o bus, el trayecto no fue muy grato, sentíamos que íbamos a mil por hora y nuestros estómagos anhelaban la vida lenta en bici.
Al día siguiente pese a que nos habían invitado a Pelequén a ver amistades de la familia de Kathy, tomamos un bus que tardó 2 horas en llegar a santiago de Chile y que no nos cobró nada por el equipo, debíamos darnos a lo menos una semana para organizar el viaje al viejo continente, cabe mencionar que luego de tanto tiempo sin subirnos a un automóvil o bus, el trayecto no fue muy grato, sentíamos que íbamos a mil por hora y nuestros estómagos anhelaban la vida lenta en bici.